jueves, 29 de marzo de 2012

Bela Kiss, el coleccionista de cadáveres



Corría el año 1915, en un pequeño y tranquilo pueblo de Hungría los vecinos entran en una casa que ha quedado sin dueño, ya que éste ha muerto en la guerra. En el patio hay un montón de barriles metálicos de gasolina, pero vienen con sorpresa, cada uno de ellos contiene el cadáver de una mujer conservado en alcohol…

Bela Kiss era un hombre atractivo que, como Landrú, supo ganarse a las mujeres. Se estableció en el pequeño pueblo de Czitonka (Hungría) con su mujer e inmediatamente ambos conquistaron a la gente del lugar. Contrató a dos criados que dormían en sus propias casas por expreso deseo del señor y que hablaban maravillas de su trato con ellos, aunque reconocían que tenía gustos “raros” y era poco hablador. Inesperadamente, su mujer, quince años menor que él, le abandonó por un pintor. Los criados encontraron a Kiss llorando con la carta de su mujer, María, en la mano.
Al poco tiempo empezaron a llegar barriles metálicos a la casa de Kiss. Nadie sospechó. El hombre contó que estaban llenos de gasolina porque temía que hubiera escasez. Kiss empezó a matar con 40 años.
Contrató a un ama de llaves, la señora Jakubec, y luego empezó a relacionarse con mujeres que aparecían y desaparecían de su vida como por encanto y que traía de Budapest, a donde viajaba ocasionalmente por negocios. Era un seductor nato que leía vorazmente y entendía de literatura, arte e historia. Vivía de rentas: de las rentas de las mujeres que asesinaba.
Cada vez que una nueva mujer llegaba a casa de Kiss, el ama de llaves recibía orden de no ir por unos días a la casa. Paralelamente, el número de bidones seguía creciendo y hubo unas cuantas denuncias de desapariciones en Budapest.


Hubo un sospechoso de las desapariciones de mujeres, un tal Hoffman, que se esfumó sin dejar rastro.
Cuando estalló la guerra, lo reclutaron a pesar de que alegó una enfermedad del corazón. Los médicos demostraron que era falsa.
Marchó a la guerra no sin antes legar al Condestable los bidones de gasolina en el caso de que muriera. Cinco meses después llegaron a Czitonka noticias de su muerte y el Condestable decidió aprovechar la gasolina. Cedió un bidón a un camión militar que iba falto de gasolina y los hombres se dieron cuenta de que pesaba demasiado y de que parecía haber algo sólido. Cuando abrieron el bidón, encontraron el cadáver de una joven desnuda estrangulada con una bufanda de seda. Su cuerpo estaba conservado en alcohol.








Casa de Bela Kiss y algunos de los bidones donde se encontraron los cadáveres
Poco a poco se fue aclarando todo: el desaparecido Hoffman no era otro que Bela Kiss, que había mantenido correspondencia con 19 mujeres solitarias para informarse de su posición económica, su situación familiar y conquistarlas. También se descubrieron los cuerpos de María, la esposa de Kiss, y su amante, Paul Bihari, en el sótano de la casa.
De Budapest llegó la noticia de que Bela Kiss no había fallecido en la guerra, sino que había desertado. Se sospecha que huyó a Nueva York. Nunca más se supo de él.
21 cadáveres en apenas dos años, aunque el número de asesinatos podría ser mucho más elevado ya que se sospecha que fue el autor de otras muchas desapariciones que quedaron sin respuestas y sin cadáveres.

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