miércoles, 14 de marzo de 2012

¡Ven, toma la carne de este cuerpo inútil! - Daniel Cabrera



Grito.
Heridas.
Tendido en el piso.

Permanezco dormido, en la oscuridad de los salones.
Sombras inhumanas merodean los pasillos.
Es mi hora.
El castigo a mi delito.
Delito el morir de esta manera.

Daga seductora,
Filo apasionado.
Mis muñecas abiertas a la luz de la luna.
La sangre recorre el piso, las huellas humilladas.

Y las voces estremecen los salones.
Estremece mi cuerpo.
Inerte por el frío.
Poco a poco voy quedando vacío.
Sin calor.
Sin sangre.
Sin un alma que me aguarde.

Y el abrazo cálido de la muerte, rodea mi cuerpo.
Estoy indefenso, a merced de este destino.
Mis lágrimas brotan por mis pálidas mejillas.
Ya no quiero esto.
Pero no había otra salida.

¡Ven, toma la carne de este cuerpo inútil!

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